Día de los Muertos

Una tradición antigua

Observa como la combinación de las tradiciones indígenas y el catolicismo han establecido esta fiesta singular en una celebración de la vida… y de la muerte.

En el año 2015, la celebración del Día de los Muertos se introdujo explosivamente en la escena inicial de la película de James Bond “Spectre.” Dos años después, la producción “Coco” de Disney/Pixar llevó esta fiesta al siguiente nivel; o si se compara con el concepto pre-azteca del Averno, la llevó al través de ¡todos sus nueve niveles! Esta película, increíblemente popular, introdujo a mucho del mundo a “El Día de los Muertos” una antigua tradición de más de 3,000 años que combina las tradiciones indígenas y el catolicismo. Esta fiesta única es una celebración de la vida y las memorias de los ancestros que han pasado por el velo de la muerte.

El catolicismo en la Europa medieval había desarrollado una tradición muy importante, una celebración religiosa que duraba tres días.

Empezaba con la creencia de que el 31 de Octubre las almas de las personas que morían podían pasar con más facilidad al través del velo que separa a los hombres de los espíritus.

El festejo conocido como el Día de Todos los Santos y el Día de los Inocentes continuaba al siguiente día, el primero de Noviembre, con la veneración de los Santos Católicos muertos como mártires y aquellos que murieron siendo niños.

El día 2 de noviembre era el Día de Todas las Almas en donde se honraba la memoria de los ancestros adultos y de los cristianos fieles.

Historiadores han encontrado evidencia en México de un festival antiguo de al menos de 3000 años que honraba a Mictecacihuatl, la Diosa del Averno. Su nombre se traduce literalmente del Nahuatl como “La Señora de los Muertos,” siendo “Mictlán” el lugar de los muertos y “Cihuatl” la mujer.

El deber de esta mujer como esposa de Mictlantecuhtli, El Rey del Averno, era proteger los huesos de los que habían muerto. Se creía que los huesos eran el origen de una nueva vida que se creaba, pero para que esto sucediera se requería el traerlos a la tierra de los vivos una vez al año. Para esta ocasión tan especial, los indígenas prepararían una celebración de su regreso. Originalmente este evento duraba un mes durante el verano.

Después de la llegada de los españoles y la conquista de Tenochtitlán en 1521, esta festividad dedicada a Mictecacihuatl se combinó con la celebración europea del Día de Todos los Santos.

Así el Día de los Muertos vino a conocerse como el día del año cuando las almas de los que han muerto pueden regresar al mundo de los vivos. Para guiarles en su recorrido, sus familiares preparan una ofrenda; un altar con fotografías de los que se han ido y con algunas de sus posesiones terrenales y alimentos favoritos. Las calles se cubren con millones de pétalos de flores coloridas amarillas-anaranjadas-cobrizas llamadas “cempoalxochitl,” las cuales guían a los difuntos hacia sus hogares.

Las tumbas se decoran y un pan especial, “pan de muerto,” se prepara para la ocasión. Un tapete llamado “petate,” hecho de fibras de palma, se coloca enfrente de la ofrenda. El petate se usa tradicionalmente para dormir y en aquellas familias que son pobres, también se usa para envolver a los difuntos antes de ser enterrados. Así el petate le da al espíritu que esta regresando un lugar para descansar. Las velas engalanan a las ofrendas y a las comunidades, dándoles necesaria luz en la obscuridad de la noche.

Figuras modernas de Mictecacihuatl se hacen con efigies de papel maché en donde se representa a una mujer esquelética conocida como la “Calavera Catrina” que tiene la cara pintada y vestiduras elegantes. Aunque el enfoque sobre calaveras y esqueletos pudiera parecer macabro, el tono del evento siempre es de alegría en donde se honra la memoria familiar con agradecimiento por sus vidas.

Pan de Muerto

Los colores brillantes del Día de los Muertos alegran los corazones. Estos colores representan diferentes aspectos de la festividad — veamos su significado:

Morado – dolor, sufrimiento pena y luto

Rosa – celebración

Blanco – pureza y esperanza

Naranja y Amarillo – la brillantez del sol

Rojo – la sangre de la vida

Negro – el lugar de los muertos

En los últimos años, el Día de los Muertos gracias a Coco y Bond ha tomado una vida propia.

Estas celebraciones se pueden encontrar ahora en Latinoamérica y en las comuidades latinas de los Estados Unidos.

Existe algo positivo que todos podemos aprender de esta ocasión tan festiva. El conocer nuestras raíces y mantener viva la memoria de nuestros ancestros, aprendemos de nosotros mismos y fortalecemos nuestras familias.

No hay duda: cuando las familias son fuertes, la sociedad también lo es.

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