Palomitas de Maíz

Totopoca, Totopoca, Totopoca

“Algunas mujeres jóvenes bailaban la danza de las Palomitas de Maíz y unas borlas gruesas de maíz eran sus guirnaldas de palomitas y las colocaban sobre las cabezas de las jóvenes.”

¡Pop, pop, pop! Este sonido tan familiar y el olor a mantequilla trae a la memoria recuerdos de la infancia cuando íbamos al cine o cuando nos sentábamos cerca de la fogata. Creo que a todo el mundo le encantan las palomitas de maíz, y claro, como sería diferente, las palomitas de maíz han sido una botana favorita por miles de años.

Una mujer Azteca le sopla al maíz antes de meterlo en la olla para que no “le tenga miedo al fuego.” Códice Florentino, Siglo 16.

Los pueblos indígenas de Meso-América, habrían tenido grandes problemas de supervivencia sin este tan importante cereal Mexicano. Antes de que el maíz fuera utilizado, su predecesor el teosinte, mantuvo a las poblaciones nativas. Esta forma antigua del maíz tenía granos que eran demasiado duros para poder comerlos e incluso para simplemente molerlos. Estos granos guardaban agua y almidón y cuando se calentaban, al aumentar la presión se inflaban hasta que reventaban. Los pueblos indígenas se dieron cuenta de esto y posteriormente las palomitas de maíz se convirtieron en una importante fuente de alimento. Se cree que alrededor del año 5,000 antes de Cristo, este grano silvestre se había domesticado y empezado a cultivar. El desafío de la época habría sido el capturar al maíz cuando éste se reventaba. En forma gradual, este grano duro fue evolucionando a una forma que pudo finalmente pulverizarse para hacer la masa que ahora conocemos.

Por supuesto que a los Aztecas les encantaban las palomitas de maíz, ellos los conocían como momichtl, y se usaban no sólo como alimento sino también para decoración, adornos y propósitos ceremoniales. Tenían incluso una palabra para el sonido cuando reventaban, totopoca. Fray Bernardino de Sahagún, llegó a México en 1529, en ese tiempo conocido como La Nueva España. En sus relatos conocidos como Historia General de las Cosas en la Nueva EspañaSahagún escribió de las ceremonias aztecas, así declara, “Algunas mujeres jóvenes bailaban la danza de las Palomitas de Maíz y unas borlas gruesas de maíz eran sus guirnaldas de palomitas y las colocaban sobre las cabezas de las jóvenes.” También se hacían collares de palomitas de maíz que se colocaban en las estatuas de Tlaloc el Dios de la lluvia y la fertilidad. Aunque las palomitas de maíz son originarias de México, hay evidencias de que las palomitas de maíz se han encontrado en América Central y en Sud América, así como en la región del Suroeste de los Estados Unidos.

Los registros nos muestran que las palomitas de maíz era un alimento popular en la época colonia de los Estados Unidos y que se servían en la mesa del desayuno. Alrededor de los 1800s, las palomitas cobraron popularidad en ese país. Para cocinarlos, los granos se ponían en una olla tapada. Se les añadía mantequilla o manteca de puerco, y se colocaba en o cerca del fuego. Con el tiempo, se empezaron a usar una especie de jaulas de alambre llamadas “poppers” que encerraban a los granos y se colocaban directamente sobre el fuego. Esta botana esponjosa explotó en popularidad cuando Charles Cretors de Chicago inventó en 1885, una máquina para tostar activada por una máquina de vapor. Originalmente se usó para tostar cacahuates (maní), pero con los años también se usó para el café, castañas y palomitas de maíz. Este método dio finalmente resultados repetibles en su consistencia y sabor, y así el maíz se convirtió en las palomitas que ahora conocemos. Con el tiempo el señor Cretors reconfiguró la máquina para hacer palomitas y tostar los cacahuates en forma simultanea. Esta nueva máquina y las palomitas de maíz que la máquina hizo posible llegó en forma tremenda a la Exposición Columbia de Chicago en 1893.

Con la creación de los cines en los 1920s, los vendedores de palomitas de maíz pensaron que su producto era una botana lógica para las salas de espectáculos. Los dueños de los cines no tenían el mismo entusiasmo, pero con el éxito que los vendedores tenían al vender la botana afuera de sus cines, hizo que los dueños trajeran ese producto y el equipo para cocinarlo a sus vestíbulos. Durante los difíciles días de la Gran Depresión Americana, la popularidad de las palomitas de maíz continuó en crecimiento, ya que eran relativamente baratas. Esta deliciosa botana con su humilde origen también contribuyó al desarrollo del horno de microondas por Percy Spencer.

Al través de los años, la popularidad de las palomitas de maíz ha crecido continuamente desde ser parte de la decoración de los árboles de navidad hasta las botanas gourmet. Se estima que solamente en los Estados Unidos se consumen anualmente 16 millones de metros cúbicos de palomitas. Desde los antiguos días de los aztecas escuchando a totopoca hasta la suave brisa olorosa a las palomitas de maíz en los cines, este alimento tan popular se ha establecido como una botana de lo más conveniente a todas las culturas del planeta, ya que es sabrosa y dulce y todo lo demás que nos encanta.

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